domingo, 14 de noviembre de 2010

En busca de los valores perdidos (Parte 4)

Cornelio Saavedra: Fue el primer jefe del Regimiento de Patricios formado tras las Invasiones Inglesas. Gracias a dicha actuación se convirtió en una prominente figura de la política local. Lo podemos catalogar dentro del segundo tipo de ideología de la época (conservadores), ya descripto anteriormente, (quien no estando a favor de la corona, apoyaba la monarquía absoluta). Según las fuentes investigadas podemos rescatar que Saavedra era un hombre apegado a la continuidad de las estructuras vigentes y defensor de los valores tradicionales (conservador), el representaba a los sectores favorables al mantenimiento de la situación social anterior y era partidario de compartir las decisiones de gobierno con las otras zonas del territorio.
Mariano Moreno: Abogado, periodista, pensador ilustre, él como Belgrano y otros miembros de la Primera Junta, abogaban por un gobierno netamente patrio, totalmente independiente de la dominación española. Él era de los pocos que pensaban que ya era hora de que nuestra nación tuviera sus propios representantes y que se persigan intereses que beneficien el desarrollo local. Y como parte principal de sus principios y convicciones, dedicó sus últimos años de vida para conseguirlo.
Su ideal era algo más allá que un cambio administrativo. En sus intervenciones se proponían cambios económicos y sociales más profundos. Pensaba que la revolución debía controlarse desde Buenos Aires. Fomentó la idea de llevar al pueblo al conocimiento y a la verdad e impulsó la expansión del conocimiento intelectual. Fiel seguidor de las enseñanzas de Juan Jacobo Rousseau (Jean Jacques) quien inspiro a la revolución francesa y a su prole latinoamericana la urgencia, la justificación y la necesidad de emplear la violencia en nombre de la “libertad, la igualdad y la fraternidad”. Este lema se tornó en el pabellón de lucha que en la primera fase enarboló la burguesía, los obreros y los campesinos en sus marchas victoriosas por las calles de París y de toda Francia, pero en la medida que el proceso de cambio se radicalizó, Robespierre y los jacobinos, convertidos en vanguardia y brazo armado de la lucha, desataron el terror y convirtieron el crimen político en el arma indispensable de la revolución.
Si ponemos en común acuerdo, que uno Es lo que piensa, podemos descubrir en Mariano Moreno su profundo interés por el conocimiento, para poder elegir los representantes y dejar de esperar cosas que otros prometen a través de los siglos y que no se cumplen. El escribió su ideología y se fundó en ella y siempre tuvo presente el lema que los revolucionarios llevaban como estandarte “Libertad, Igualdad y Fraternidad“, que para llevarlo a cabo era necesario que las masas, obtuvieran ilustración.
De a poco comenzamos a ver como surge en Latinoamérica un sentimiento generalizado por realizar gobiernos autónomos, gobernados por sus habitantes e inspirados en las ideas de la ilustración. Los estados absolutistas ya no encontraban manera de sustentarse y comenzaron a decaer con el surgimiento de las ideas de los nuevos estados modernos inspirados en la idea de nación. En simples palabras, estamos hablando del inicio de un largo proceso que dura hasta la actualidad.

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