martes, 16 de noviembre de 2010

En busca de los valores perdidos (Parte 13)

Vamos a dejar un mensaje oportuno que recibió una de nuestras integrantes, que lo compartió con nosotras y que nos llegó a todas, por la ilusión y las esperanzas que dicho autor del mensaje le da a los jóvenes.
“Hace unos años, para la época de verano nuestros jardines se poblaban en la noche de diminutas luces. Pequeñas e intermitentes, a millones iluminaban el camino. Luchaban contra una oscuridad que las acechaba y rodeaba. Una sola no alumbraba, pero juntas eran luz… Aunque éstas no estaban solas, también había otros insectos, los molestos, los que no iluminaban, los que picaban. Contra estos últimos el hombre emprendió una batalla. Había que eliminarlos. Espirales, repelentes, tabletas, insecticidas. Y los mosquitos cayeron, pero también cayeron las luces. Aunque paradójicamente, o irónicamente, los que picaban se fortalecieron, ganando inmunidades sorprendentes. ¿Y las luces?
En el verano pasado, ya no vi las luces, me parece que no sobrevivieron a los cambios. Entonces sentí que la noche me había invadido, que yo también había perdido, y que la oscuridad ahora arremetía conmigo.
Extraño esos tiempos, extraño esas luces. Extraño esos simpáticos bichitos de luz, llamados luciérnagas.
Tengo la ciega esperanza que en la oscuridad de esta noche, todavía hay bichitos de luz. Aunque una mano misteriosa, maldita y perversa, se ha encargado de convencerlos de que no son luz, que son mosquitos. Creo que hay muchas personas que son capaz de irradiar nuevamente, pero nadie les dijo que nacieron para tan noble destino, están convencidas que son mosquitos.
Tengo la certeza que todavía hay bichitos de luz, porque yo soy uno, y sería muy descabellado pensar que soy el único. Tengo pruebas, los he visto en la calle, los crucé andando perdido... Ellos me recordaron sobre mi noble destino. Ahora yo vuelvo a mis pagos, para decirte lo mismo…
Este Movimiento de los Jóvenes del Bicentenario es un reflejo de esa pequeña luz que empieza a iluminar, pero sabe que una sola luz no ilumina, que solamente junto a otras será Luz.
La noche es oscura, tenebrosa, asecha siempre, y parece empeorar cada vez más… es de osados, de valientes, de locos querer iluminar… pero es el sueño que atraviesa nuestra vida, la que nunca estará completa si no cumple con su noble destino.
Así comienza esta historia, para que la noche se pueble de pequeñas luces(11).

El mundo nos va a desafiar diciendo que no tenemos luz, o que no vamos a saber iluminar, reiteradas veces hemos escuchado a adultos decir “si ellos son el futuro…” pero nadie nos va a hacer parar, ni confundir, sabemos lo que somos y donde esperamos llegar, así también la fuerza que tenemos. No dejemos que nadie nos catalogue de ninguna manera más, el futuro esta al alcance, solo esta esperando que extendamos nuestras manos, para saborear sin prohibición el fruto de un patria unida con los condimentos de diferentes índoles: honestidad, comprensión, compromiso, honradez, respeto, igualdad. Quizás sea posible lograr algún día que logremos regirnos por ese ideal que adoptaron nuestros padres de la patria para construir el país que hoy habitamos, “libertad, igualdad y fraternidad” para todos los habitantes sin excepción alguna.
Sin mas que agregar, es este nuestro aporte y visión estando a doscientos años de los sucesos que nos marcaron como pueblo y nación. Y la despedida la hacemos con un desafío mas que sobreentendido que elegimos ser luciérnagas…. Usted lector, ¿Qué va a elegir?

Que vivan para siempre en nuestras mentes esas dos estrofas tan profundas: “sean eternos los laureles que supimos conseguir”.

Este fue el mensaje y trabajo que presentamos, esperamos sea un aporte valioso para nuestra historia, sírvase gran pueblo argentino, salud!

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